Henry Ford es, probablemente, una de las personas más emblemáticas del mundo de la automoción gracias, no sólo a la creación de la marca Ford o la rivalidad que mantuvo con Ferrari durante varios años, sino también por la cadena de montaje, un modo de trabajo automatizado mediante el cuál, el proceso de fabricación por partes ya usado en otro tipo de negocios como la empacadora de carne donde cada persona realizaba una tarea, se llevó a la industria del automóvil que era algo más compleja.
De esta manera, el primer modelo fabricado por Henry Ford, el Ford T, pasó de tardar en fabricarse 12 horas a tan sólo 93 minutos y, con el aumento de los trabajadores, su media de coches producidos pasó de ser de 100 al día, a 1.000.
Este proceso nuevo e innovador de fabricación de coches, rápidamente fue copiado por el resto de compañías y eso llevó a una gran reducción de costes que llevó al Ford T a costar en un principio 850 dólares y más adelante 260, de forma que prácticamente todo el mundo podía permitirse comprar un coche.
Henry Ford
Henry Ford en sus inicios
Desde sus primeros años de vida, Henry Ford estaba muy interesado en la mecánica y desde la temprana edad de 12 años, ya investigaba con una pequeña máquina recreativa que tenía y, con 15, construyó su primera máquina de vapor.
Más tarde se situó de aprendiz de maquinista en la compañía Detroit Dry Dock y, en 1882 cuando finalizó estas prácticas, se pasó un año instalando y reparando máquinas de vapor Westinghouse en el sur de Michigan, pero su carrera en el mundo del automóvil comenzó en el año 1893 cuando su interés en los motores de combustión le llevó a crear un pequeño motor gasolina de un cilindro.
Durante estos últimos años del siglo XIX, Henry Ford creó una compañía denominada Detroit Automobile Company y fabricó varios modelos, pero eran de baja calidad y más caros de lo que Henry Ford quería, por lo que en el año 1901, la empresa quebró y gracias a la creación, ese mismo año, de un coche de carreras que ganó en varias ocasiones, se formó la empresa Henry Ford Company, que poco después abandonaría y se renombraría Cadillac Automobile Company.
Cadena de montaje de Henry Ford
Henry Ford y Ford Motor Company
En el año 1903, Henry Ford y otros 12 inversores, formaron la empresa que dura hasta nuestros días, Ford Motor Company, con un capital inicial de 28.000 $ y, a modo de promoción y dar a conocer la compañía, Ford diseñó, en 1904, un nuevo vehículo capaz de alcanzar 147 km/h y recorrer una milla en casi 40 segundos, consiguiendo el récord de la velocidad máxima alcanzada por una persona en aquel entonces.
Con este nuevo coche al que denominaron 999 en honor a la locomotora más rápida del momento, recorrieron todo el país para dar a conocer la compañía y, además, fue uno de los principales patrocinadores de las 500 millas de Indianápolis.
Sin embargo, Henry Ford sólo tenía el 25% de la compañía y no fue hasta 1919 cuando Henry, Clara y Edsel Ford, compraron el 100% de Ford Motor Company convirtiéndose en los dueños totales de la empresa, aunque sería Edsel el presidente de la empresa hasta el año de su fallecimiento en el año 1943 y, posteriormente en 1945, Henry Ford volvió a renunciar a la presidencia y se la cedió a su otro hijo, Henry Ford II, que presentó uno de los modelos más míticos de Ford, elFord Thunderbird.
Ford T
Los primeros coches de producción creados por Henry Ford
Hasta la fecha de su fallecimiento en el año 1947 a la edad de 83 años, Henry Ford participó en el diseño y creación de varios de los modelos más importantes de Ford, que dieron a la marca el estatus que mantuvo durante toda su historia.
Ford T
Fue el primer modelo creado por Henry Ford bajo el nombre de Ford y el que sirvió hizo que fuera posible que todo la gran mayoría de la población se pudiera comprar un coche gracias al modo fabricación empleado que ahorró una gran cantidad de costes y permitió bajar el precio de venta del modelo.
Con volante a la derecha – algo que a posteriori copiarían el resto de marcas -, un motor de 4 cilindros y la suspensión con dos muelles semielípticos, hacían que el coche fuera muy sencillo de conducir y barato de reparar. Su precio en 1908 fue de 825 $, el equivalente a 26.870 $ hoy día, pero año tras año se iba reduciendo gracias a la rapidez con la que conseguían fabricar cada Ford T hasta que casi todo estadounidense aprendió a conducir con este coche.
Henry Ford además, hizo una gran forma de publicidad de modo que cada concesionario que vendía los Ford T, no sólo publicitaba dicho modelo sino también el concepto de “Automovilismo” de forma que las ventas superaron las 250.000 unidades en 1914 y en 1916, cuando el precio bajó a 360 dólares, las ventas alcanzaron las 472.000 unidades.
La producción del Ford T llegó hasta el año 1927 y se vendieron un total de 15.007.034, un récord que se mantuvo durante los siguientes 45 años.
Ford T
Ford A
En diciembre de 1927 y tras el rotundo éxito de ventas del Ford T, Henry Ford presentó el Ford A con 4 nuevos colores entre los que se podía elegir y, en poco más de un año y medio, Henry Ford había conseguido vender 2 millones de unidades de este nuevo vehículo cuya gama de acabados iba desde el denominado “Tudor” con un coste de 500 $ a elegir entre gris, verde o negro, hasta una variante con doble capota a 1.200 dólares.
Con el paso de los años se empezaron a fabricar en 31 sitios distintos a lo largo de todo el mundo y en marzo de 1930, las ventas del Ford A alcanzaron los tres millones de unidades y había nueve estilos de carrocería disponibles, todos ellos con un motor de 3,3 litros y 40 CV, con una transmisión manual de 3 velocidades que alcanzaba una velocidad de 105 km/h.
La producción del Ford A finalizó en marzo de 1932, tras 4.858.644 unidades fabricadas en todos los tipos de carrocería. Su sucesor fue el Ford B, que equipaba un motor de cuatro cilindros en línea más moderno, y posteriormente el Modelo 18, que introdujo el nuevo motor V8.
Ford A
El impacto de Henry Ford en la cultura del automóvil
El impacto de Henry Ford en la industria automotriz va más allá de sus innovaciones en la producción y gestión empresarial.
Henry Ford fue fundamental en la creación de una cultura del automóvil que transformó la vida cotidiana de las personas y marcó el inicio de una nueva era de movilidad global ya que sus contribuciones ayudaron a democratizar el acceso al automóvil, cambiando para siempre la forma en que las personas vivían, trabajaban y se desplazaban.
Antes de Henry Ford y su modelo de producción en masa, los automóviles eran un lujo accesible sólo para los ricos, con la introducción del Ford T y la implementación de la cadena de montaje, Ford logró reducir drásticamente los costos de producción, lo que permitió que los precios de los automóviles fueran mucho más asequibles para la clase media.
Esta democratización del automóvil hizo que más personas pudieran tener un coche, transformando el automóvil de un artículo de lujo a una necesidad para muchos hogares, lo que impulsó un cambio cultural masivo, donde el automóvil se convirtió en un símbolo de libertad, independencia y movilidad.
La proliferación del automóvil gracias a Henry Ford tuvo un impacto significativo tanto en las áreas urbanas como rurales ya que en las ciudades, la disponibilidad de coches permitió la expansión hacia los suburbios, dando lugar a la creación de nuevas comunidades y al crecimiento de las áreas metropolitanas.
En las zonas rurales, los automóviles facilitaron un acceso más fácil a las ciudades, permitiendo a las personas viajar para trabajar, comprar y socializar de una manera que antes no era posible.
Las personas comenzaron a experimentar cambios en sus hábitos de consumo y en la forma en que utilizaban su tiempo libre, los viajes por carretera se convirtieron en una actividad de ocio popular, fomentando la creación de una nueva industria de servicios, incluidos hoteles, moteles, restaurantes y estaciones de servicio.
Henry Ford ayudó a acortar las distancias entre las personas, haciendo del mundo un lugar más pequeño y más accesible.
El impacto de Henry Ford
Henry Ford y su impacto en el entorno laboral
Además de sus contribuciones en la producción en masa y la democratización del automóvil, Henry Ford también revolucionó el entorno laboral de su época al implementar cambios que tuvieron repercusiones en la calidad de vida de los trabajadores y en las prácticas laborales de la industria. En 1914, Ford sorprendió al mundo al introducir un salario de 5 dólares al día, el doble de la media de la época, para los trabajadores de la cadena de montaje de Ford Motor Company. Esta iniciativa, conocida como el «Five-Dollar Day», no solo mejoró la vida de sus empleados, sino que también redujo la rotación de personal y atrajo una fuerza laboral más estable y comprometida.
Ford también fue pionero en la jornada laboral de 8 horas, en una época en que el estándar en las fábricas era de hasta 10 o 12 horas diarias. Al reducir la jornada, Ford demostró que era posible mantener altos niveles de productividad y eficiencia, lo que alentó a otros empresarios de la época a seguir su ejemplo. Con esta medida, Ford no solo facilitó un entorno laboral más humano, sino que también abrió la puerta a un cambio en la organización del trabajo que con el tiempo se extendería a otras industrias en Estados Unidos y Europa.
Estas políticas laborales de Ford también contribuyeron a la creación de una clase media más fuerte y con mayor poder adquisitivo, que no solo podía permitirse comprar un Ford T, sino también contribuir al crecimiento económico en otras áreas. Al ofrecer salarios más altos y mejores condiciones laborales, Ford estableció un modelo que vinculaba la productividad y el bienestar de los trabajadores, marcando un punto de inflexión en la relación entre empleador y empleado.
En resumen, la visión de Henry Ford no solo transformó la producción de automóviles, sino que también sentó las bases para una revolución en las condiciones laborales y el desarrollo de la clase media en Estados Unidos. Su legado va más allá de los coches que fabricó, contribuyendo a la evolución de los derechos laborales y dejando un impacto duradero en la sociedad.